1 diciembre 2023
Crisis en la adopción o el acogimiento
¿Te sientes incapaz de abordar los problemas que aparecen como padre/madre de hijos adoptados o acogidos?
El acogimiento o adopción es un proceso que lleva tiempo, implica pasar distintas etapas (entrevistas, formaciones…) y en algunos casos supone un coste económico considerable por viajes y trámites adicionales.
A todo ello se añade las intensas emociones que van surgiendo.
Pero cuando recoges al niño o a la niña en su residencia todo ha merecido la pena. Es un momento único de ilusión, comienza una nueva etapa.
Los primeros días de descubrimiento mutuo son fascinantes. En la casa que has preparado, el entorno que has acomodado para que pueda vivir, todo es novedad.
Sorpresas que van surgiendo
Tras las primeras presentaciones a familiares y amigos comienza la realidad cotidiana.
Y aparecen ya problemas en lo que se suponía un pequeño paraíso.
Puede tratarse de reacciones o conductas inapropiadas. En otros casos son temas de salud no esperados.
Se van abriendo frentes muy diversos:
- colegio,
- amigos,
- familia…
Y una de las primeras cosas que surge es la culpa. Te preguntas qué habrás hecho para provocar todos esos comportamientos disruptivos.
Si es posible llamas a la residencia y así confirmas si allí ocurría lo mismo. Cuando te dicen que sí, experimentas cierta tranquilidad, pero los problemas en casa y fuera siguen y de hecho van creciendo.
En el colegio se puede tratar de rendimiento académico, a lo que se suma temas relacionales: peleas, aislamiento, burlas…
Si además tienes pareja, pueden aumentar los problemas, por recriminaciones, incomprensión o falta de coordinación.
El desánimo se expande
Y con todo ese panorama temes que ya no das abasto. Surge una gran sensación de impotencia. Lo que comenzó con tanta ilusión, te desborda. Te preguntas si serás capaz de salir adelante.
Incluso piensas que no se podrá superar.
Pero es posible recuperar la ilusión.
Ponte manos a la obra
El primer paso es registrar lo que está ocurriendo, en papel, en ordenador, como sea más cómodo, para intentar ver, leer, de manera más objetiva la situación.
Escribirás dos cosas:
- Por un lado, los problemas de toda índole que van presentándose. Lo mejor es anotarlo en cuanto aparecen, para recordar más frescos los hechos.
- Por otro, se registran vuestras necesidades.
Además, aunque sea difícil, tienes que escribir las habilidades que tenéis, a nivel individual y de grupo familiar. Las vais a usar como herramientas al enfrentaros a las situaciones. También es importante revisar los defectos para ser consciente de riesgos potenciales.
Con los problemas y necesidades ya detectadas ahora tienes que priorizar. Son tantos frentes abiertos que debes elegir aquel o aquellos por los que empezar. El resto no los podrás descuidar, pero los recursos: tiempo, dinero, emociones… habrá que concentrarlos al principio en los más prioritarios. Probablemente la mayor prioridad es la convivencia en casa.
Cualquiera que sean los problemas más acuciantes ahora tienes o tenéis que encontrar objetivos específicos, metas realistas que se puedan de algún modo medir y que os permitan avanzar en una dirección concreta.
Y los objetivos ya definidos se convertirán en tareas. Tienes que usar esas habilidades que ya has detectado y quizás buscar medios adicionales: terapéuticos, educativos…
Es importante que te informes de recursos ya existentes para el acogimiento o la adopción, algunos serán gratuitos, otros no, pero en cualquier caso conocen la situación.
Un apoyo que te puede resultar fundamental son otras familias. Con algunas ya coincidisteis en los cursos de formación. Algunas tal vez participan en grupos de soporte. Son personas que viven cuestiones parecidas y lo comprenderán mejor.
Quizás tengas que delegar completamente algunos temas, por ejemplo las tareas escolares. Si en el colegio hay refuerzo puede ser un buen punto. Si no, te puedes plantear contratar a una persona que haya trabajado con casos parecidos.
Podéis vivir mejor
Registrarás lo que va sucediendo: las veces que se repite una conducta, las comidas con y sin incidentes…
Esto será clave para ir revisando los avances. Cada semana, mes, analizarás la frecuencia de los problemas. Y te permitirá sentir cierto alivio al ver que aunque las cosas no siguen bien, funcionan mejor.
Y pide como regalo de cumpleaños este año, paciencia, mucha paciencia.
Se puede convivir mejor, crecer como individuos, y como familia. Es posible ser felices en casa. Para ello hay que:
- ponerse en marcha,
- confiar en el proceso,
- ver lo positivo, aunque lo aparatoso sea lo negativo.
Si estas palabras te resuenan y necesitas apoyo, te animo a que contactes conmigo. Analizaremos juntos cuál es tu situación y te acompañaré para crear estrategias que te ayuden a abordar mejor los cambios a los que te enfrentas.