octubre 9, 2023
Vida monástica
Vida monástica
Se puede ver como una huida, escapar de una situación que me causaba tristeza profunda, o como búsqueda de una opción vital que me apasionaba desde hacía muchos años. ¿Botella medio llena? ¿Botella medio vacía?
¿Es importante?
Lo fundamental es que viví con plenitud un año y cuatro meses la vida monástica: el silencio, la convivencia, el trabajo, el reposo, la soledad, la presencia, la oscuridad, la luz, la pérdida, el encuentro.
Despojado de muchas cosas materiales, la mente viaja contigo completa a la nueva vida.
Y esa mente, acallados muchos estímulos, se oye más que nunca. Y esa es una gran tarea, escuchar la mente, no es posible no escucharla, pero sentirla como un ruido de fondo que no te impide escuchar sonidos más sutiles que antes no se escuchaban tanto.
Y en ese sonido del silencio se descubre la grandeza de lo sencillo, de lo cotidiano. Cada aspecto de la vida se convierte en motivo de contemplación, incluso el reflejo del cielo en un charco tras la lluvia.