1 febrero 2024
Miedo ante cambios laborales
¿Te asustan los acontecimientos que se producirán a partir de ahora?
Cuando llegaron mis hijos compré varios libros de educación. Yo era un novato y los chavales venían con cierta edad. Una obra me llamó mucho la atención por el título «Los niños vienen sin manual de instrucciones» de Montserrat Giménez.
Ahora que han pasado los años, quizás se debería escribir otro similar «Los cambios vienen sin manual de instrucciones».
Cualquiera que sea el cambio que vivas: divorcio, perdida de trabajo… ningún consejo está garantizado. Sin embargo, puedes ir afrontándolo con estrategias que adaptadas a tu situación particular te van a ayudar.
Y tal vez eso te está pasando ahora. Has comenzado un nuevo empleo. El anterior ya no lo soportabas. Te gustaba el trabajo en sí, pero no la orientación y utilización que se le daba.
Habías aguantado varios años. Ahora que ya tienes cierta tranquilidad económica, has decidido dar el paso. Un salto arriesgado porque te vas sin paro y sin nada seguro a lo que dedicarte. Cuentas con un colchón económico y experiencia. Ya no eres joven y eso también asusta.
Sin embargo, has tenido suerte. Una amiga te avisó de un puesto que te podía resultar atractivo. Has pasado las pruebas y esta es tu primera semana de trabajo. No es exactamente tu campo, pero tiene mucho en común. Y te sobra motivación e ilusión. Se notó en la entrevista y ahora en tu incorporación.
La sorpresa ha sido que al concretar las tareas de tu nuevo puesto, algunas de ellas no las dominas bien, otras son nuevas. Ha surgido el pánico, que no puedes mostrar. Y además, varias herramientas informáticas con las que habías trabajado son distintas a las que usan.
Como sucede con los móviles y ordenadores, tu sistema necesita actualizarse.
En la oficina y en casa te surgen pensamientos «No lo sé. No podré adaptarme. Van a darse cuenta de lo que me falta por aprender. Me echan seguro.».
Al tercer día colocas en tu mesa un letrero que te gusta tener cerca «Encuentra una manera», de la charla TED de una nadadora de fondo de mediana edad que te marcó mucho. Te das cuenta de que es el mismo letrero que pusiste en tu anterior trabajo al llegar. Y recuerdas cómo fue entonces la incorporación. Hubo mucha tensión. Y lo superaste. Y te acuerdas de otros cambios importantes de tu vida. También los has sabido afrontar.
Y decides sustituir en tu cabeza el “no lo sé”, por el “todavía no lo sé, y haré lo posible por aprenderlo”. No es fácil porque la mente vive mucho en el miedo, en lo que está por venir. Por eso también vas a situarte en el aquí y el ahora. Cada problema o duda que surja nuevo lo escribes. Y vas eligiendo un objetivo tras otro. Y al ver apuntado lo pendiente, en cierta medida reduces tu angustia. Compruebas que algunos temas están relacionados. Otros los conoces pero con otra terminología. Y vas tomando notas de tus avances.
Te han presentado a una compañera para ayudarte con la incorporación. Y en efecto, las primeras cuestiones que le has comentado, te las ha aclarado. Eres consciente de que cuentas con un buen apoyo.
Ahora toca ser paciente. Es un cambio importante en tu forma de trabajar e incluso tu manera de relacionarte. Ya sientes más tranquilidad. Vuelve el fantasma del miedo, y tu mantra le dice “todavía no lo sé, y haré lo posible por aprenderlo”
Y te propones también agradecer cada pequeño paso que des, cada ayuda que recibas. Te libera de presión.
Llevas ya un cuatro semanas en tu nuevo puesto. Dominas más aquello que te asustó al principio. Y aunque surgen de vez en cuando los miedos y los pensamientos de angustia, intentas recordar lo que ya has avanzado.
Ahora toca prepararse para el siguiente cambio. ¿Nuevas tareas? ¿procedimientos? Es inevitable.
Sabes que podrás emplear todo lo que ya estás aprendiendo sobre cómo manejar el cambio. Has usado estrategias, incluso alguna aplicación informática nueva. Has anotado los avances y problemas.
Surgirán dificultades. Sin embargo, tienes muy cercanos y presentes los bloqueos iniciales y cómo los has superado.
Si estas palabras te resuenan y necesitas apoyo, te animo a que contactes conmigo. Analizaremos juntos cuál es tu situación y te acompañaré para crear estrategias que te ayuden a abordar mejor los cambios a los que te enfrentas.
Enfrentarse los miedos
Tienes razón. Los miedos son frecuentes. Lo importante es ver a qué responden esos miedos para poder abordarlos mejor.